Codigo de belleza

Cuando hace frio extremo, el cuerpo trata de reducir al mínimo la pérdida de calor para mantener su temperatura normal de 37 °. Para ello provoca vasoconstricción (contracción de los vasos sanguíneos) en la piel para aumentar su calor interno. La vasoconstricción disminuye el flujo de sangre, reduciendo el suministro a las células evitando poner en peligro su supervivencia. Por otra parte, la actividad de las glándulas sebáceas, responsables de la renovación de la película hidrolipídica, también se hace más lenta. Sin embargo, esta película es una capa de protección esencial para nuestra piel. Como resultado, en invierno, sin esta película, la piel se vuelve más débil y más sensible. Se vuelve áspera, seca y se cae.

En consecuencia, cuando el invierno y el frío están en camino, se debe tener especial atención al cuidado de la piel y utilizar productos especialmente formulados para proteger las funciones esenciales de la piel. Más específicamente, en primer lugar, la hidratación y la integridad de la piel se deben mantener para protegerse del frío. Posteriormente , sus capacidades y mecanismos de reparación  y regeneración regenerativos necesitan ser impulsados. Ya protegida, la piel está preparada para afrontar el frío sin miedo.